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Mensaje

Escrito por Fundacion Alberto Hurtado

Últimos años de apostolado

Continúa con su intensa actividad apostólica habitual, de clases, confesionario, grupos, dirección espiritual y retiros. Tanta actividad es consecuencia de su entrega generosa, en él mismo se cumple lo que había dicho: «Si alguien ha comenzado a vivir para Dios en abnegación y amor a los demás, todas las miserias se darán cita en su puerta», y cobran una especial relevancia sus propias palabras: «Soy con frecuencia como una roca golpeada por todos lados por las olas que suben. No queda más escapada que por arriba. Durante una hora, durante un día, dejo que las olas azoten la roca; no miro el horizonte, sólo miro hacia arriba, hacia Dios. ¡Oh bendita vida activa, toda consagrada a mi Dios, toda entregada a los hombres, y cuyo exceso mismo me conduce para encontrarme a dirigirme hacia Dios! Él es la sola salida posible en mis preocupaciones, mi único refugio».

Entre el 6 y el 13 de enero de 1950, el episcopado boliviano lo invita a participar en la Primera Concentración Nacional de Dirigentes del Apostolado Económico Social, en Cochabamba. Su ponencia se titula Cuerpo Místico: distribución y uso de la riqueza. En ella urge a buscar a Cristo completo, con todas sus consecuencias, y, «por la fe debemos ver a Cristo en los pobres», y buscar soluciones técnicas adecuadas, pues, «ha llegado la hora en que nuestra acción económico–social debe cesar de contentarse con repetir consignas generales sacadas de las encíclicas de los Pontífices y proponer soluciones bien estudiadas de aplicación inmediata en el campo económico–social».

Impulsado por su interés por el apostolado intelectual, funda la Revista Mensaje. Fundar una revista formaba parte del proyecto de trabajo social que propuso en 1947 al P. Janssens, Superior General de los Jesuitas. El P. Hurtado deseaba la publicación de «una revista de vuelo» con la finalidad de dar formación religiosa, social y filosófica. Lo que él quería era: «Orientar, y ser el testimonio de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporáneo». En octubre de 1951 apareció el primer número de Mensaje. En su editorial, explica que el nombre alude «al Mensaje que el Hijo de Dios trajo del cielo a la tierra y cuyas resonancias nuestra revista desea prolongar y aplicar a nuestra patria chilena y a nuestros atormentados tiempos».

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